domingo, 16 de agosto de 2009

Gouging y las drogas

ERA domingo. Los domingos son esos días en los que la gente hace un pacto con sus equivalentes astrológicos, y con el sol. Formando esta trinidad equilibrada, reina la calma. Los domingos... no había día que Gouging no odiara más.
Era domingo cuando Gouging volvió a casa después de una semana de haberse ido afuera. Buscaba tranquilidad fuera de lo cotidiano de su casa. Harto de lo mundano, se había sumergido en su universo lisérgico, cual paseo de Hofmann. Fue un día que duró una semana. Para él, sólo había pasado un día.
Su madre, llena de lágrimas, lo agarró del pelo -de forma pasional- y lo aplastó contra su pecho. La chimenea irradiaba calor, y de alguna manera aliviaba la congoja del ambiente. Ésto no alteró la postura de Gouging. No había percibido, aún, el ambiente que lo rodeaba. De todos modos, su sensibilidad lo advirtió: algo estaba descolocado; algo no cerraba y dejaba un agujero chiquito, por el que se filtraba un vapor de inseguridad. En cuanto entró, fue hacia la cocina en busca de algo de comer. Nunca había tenido tanta hambre como aquella vez. La madre lo miraba en el entretanto. Lo miraba. No le sacó un ojo de encima. El otro ojo -poseía dos- miraba su espíritu confundido ¡Qué lamentable es estar ante el aura de un espíritu confundido! De un modo, a uno lo puede llegar a confundir, pero no de manera auténtica. El verdadero problema radica en el alma confundida en efecto.
"Terminé", dijo Gouging. Había comido con fervor.
"¿No vas a contarme nada?", la Madre, de manera preocupada, respondió al ademán de su hijo.

En ese momento, Gouging miró a su Mamá con poca profundidad y de manera poco convincente. De todos modos, estaba convencido de que su estómago estaba lleno, y de que lo único que quería hacer era dormir. Se fue sin contestarle a su madre, muy guiado por su impulso, y ella lo siguió.
Lo que Gouging no sabía era que el paradigma de la situacion lo dejaría perplejo, pues lo agarraría desprevenido.
Cuando iba a acostarse, se dio cuenta de que su mamá estaba detrás de él. Ella le hizo un gesto para que se pare de su cómodo lecho.

"Ahora que estamos sólos, ¿me explicás que es esto?"

Dentro de la bolsa, había marihuana, y cosas relacionadas con esa droga.

domingo, 9 de agosto de 2009

lágrimas de principiante

¿Qué se siente ser una lagrima novata? Resbalar por todo ese largo camino liso y redondo. Con olor a sal de humano; dejan su sabor impregnado en la piel de cualquier otro que quiera compartir este primer llanto conmigo.

PutamenteLoco

Encontré lo que buscaba.
Son las diecinueve y diecinueve. No es precisamente un horario que dé suerte . Es simplemente un hecho arbitrario. De hecho, esta entrada será publicada en los proximos cuatro minutos. Por lo tanto, es un hecho sin razón, y sin ninguna convergencia con la realidad.
Queda un minuto.
No queda nada.